Las chinches de cama son unos pequeños parásitos que se alimentan de la sangre humana y que suelen vivir en colchones, somieres, ropa de cama y otros muebles cercanos a las personas. Su presencia puede ser un verdadero problema, ya que sus picaduras pueden provocar reacciones alérgicas, irritación, picor e insomnio. Además, son difíciles de eliminar, ya que se esconden muy bien y pueden resistir largos periodos sin comer.
En este artículo te explicaremos
chinches de cama porque aparecen, qué características tienen, cómo se comportan y qué soluciones existen para prevenirlas y combatirlas. Así podrás proteger tu salud y la de tu familia de estos indeseables invasores.
Las chinches de la cama no salen por suciedad ni por falta de higiene. Tampoco tienen preferencia por ningún tipo de ambiente o edificio. Lo único que necesitan es una fuente de alimento, es decir, personas o animales de los que puedan chupar sangre.
Las chinches de la cama suelen aparecer por el transporte accidental de objetos o personas infestadas. Por ejemplo, si viajas a un lugar donde hay chinches y duermes en una cama contaminada, es posible que algunas chinches se metan en tu equipaje o en tu ropa y te acompañen a tu casa. Lo mismo puede ocurrir si compras o recibes muebles o textiles usados que contengan chinches.
Otra forma de que las chinches aparezcan es
por la migración desde otras viviendas o locales cercanos. Las chinches pueden desplazarse por las tuberías, los conductos o las grietas en las paredes y llegar a tu hogar desde el vecino o el piso de abajo. También pueden entrar por las ventanas o las puertas si hay una fuente de luz o calor que las atraiga.
No, las chinches de la cama no saltan ni vuelan. Tampoco tienen alas. Sin embargo, se desplazan rápidamente por superficies, tanto horizontales como verticales, como la tela, la madera, paredes o el papel.
Las chinches de la cama se guían por el calor y el dióxido de carbono que emiten las personas al respirar. Así localizan a sus víctimas y se acercan a ellas para alimentarse. Normalmente lo hacen por la noche, cuando las personas duermen y están más quietas e indefensas.
Las chinches de la cama pueden recorrer distancias de hasta 6 metros para llegar a su fuente de alimento. Sin embargo, prefieren estar lo más cerca posible y se esconden en lugares próximos a la cama o al sofá donde duermen las personas.
Las chinches de la cama son unos insectos muy pequeños y difíciles de ver a simple vista. Su tamaño depende del estadio de desarrollo en el que se encuentren y del grado de alimentación.
Las chinches adultas miden entre 4 y 7 milímetros de longitud y tienen un cuerpo ovalado y aplanado. Su color varía del marrón claro al rojo oscuro según la cantidad de sangre que hayan ingerido.
Las ninfas son las formas juveniles de las chinches y tienen un aspecto similar al de los adultos pero más pequeño. Hay cinco estadios ninfales y cada uno mide entre 1 y 4 milímetros. Las ninfas necesitan alimentarse al menos una vez para mudar la piel y pasar al siguiente estadio.
Los huevos son las formas más diminutas e imperceptibles de las chinches. Son blancos, ovalados y miden menos de 1 milímetro. Las hembras pueden poner hasta 500 huevos en su vida y los depositan en grietas o ranuras cerca de sus fuentes de alimento.
Si tienes chinches de la cama en tu casa o negocio, lo mejor es que contactes con una empresa profesional para acabar con ellas. Los tratamientos caseros o los remedios naturales pueden ser ineficaces o insuficientes para eliminar por completo a estos insectos tan resistentes y escurridizos.
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