La industria alimentaria o cualquier establecimiento donde se produzcan, almacenen o procesen alimentos, tienen que cumplir con estándares de limpieza particularmente altos. La preparación de alimentos en cocinas y locales de restauración plantea un desafío especial: aquí, no se pueden tolerar la presencia de plagas por razones de higiene de los alimentos. La contaminación de los alimentos por transmisión pasiva de heces de roedores o cucarachas, por ejemplo, podría tener graves consecuencias para la salud de los clientes.
El concepto de Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC) se ha implementado en el sector alimentario, introduciendo una serie pautas de higiene a nivel nacional.
A través de programas de Control Integrado de Plagas, garantizamos que las compañías que producen, almacenan o manipulan alimentos, eliminen todo riesgo para el consumidor. Mediante una serie de medidas adecuadas conseguimos minimizar los riesgos. Las mayores exigencias de control de plagas son en áreas de producción de alimentos, donde no podemos aplicar productos químicos. Por lo tanto, solo a través de un enfoque integral conseguiremos prevenir la propagación de las plagas.
El uso de productos químicos debe ser lo más selectivo posible y complementarse con otras estrategias de control:
- Medidas estructurales y constructivas.
- Medidas higiénico-sanitarias y ambientales.
- Medidas sobre el comportamiento y hábitos saludables.
Para una mayor seguridad del consumidor, solo se permiten métodos de control perfeccionados y prospectivos, que incluyen:
- Formulaciones de cebo que se pueden colocar en áreas objetivo.
- Trampas adhesivas de feromonas.