Poseen un gran poder de adaptación al medio en el que viven por lo que son unos supervivientes natos habiendo sobrevivido incluso en pruebas con bombas nucleares. Son capaces de vivir sin alimentarse durante largos periodos (3 meses) y sin agua más de 30 días.
Suelen estar más activas por la noche, pero también las podemos encontrar en horas de sol. Su desarrollo es más favorable en temperaturas cálidas, de ahí su asentamiento en construcciones humanas que les permiten vivir en lugares con climas fríos. Son omnívoras y en su dieta encontramos alimentos con gran contenido en grasas, almidón, azucares y todo lo necesario para mantenerse con vida. Son fácilmente visibles durante las horas diurnas si la población es muy elevada.
La característica más importante en cuanto a transmisión de enfermedades, es la gran contaminación de alimentos que ocasionan. Por su causa se producen graves pérdidas económicas por la contaminación de los alimentos (indirectamente) y por el consumo de estos (directamente).