Plagas de invierno que afectan a los jardines

El invierno es una estación del año de días cortos y bajas temperaturas. Es un momento ideal para disfrutar de los colores y los aromas de nuestro jardín, pero también para prestar atención a las posibles plagas que pueden afectar a nuestras plantas.



Aunque muchas plagas desaparecen con el frío, hay otras que se mantienen activas o que aprovechan esta época para prepararse para la primavera. Estas plagas pueden causar daños en las hojas, los tallos, las flores o las raíces de nuestras plantas, debilitándolas y haciéndolas más vulnerables a enfermedades o al estrés hídrico.

Algunas de las plagas más comunes que podemos encontrar en nuestro jardín en invierno son las siguientes:

• Pulgones: Son unos insectos pequeños y de colores variados, que se alimentan de la savia de las plantas. Se suelen agrupar en el envés de las hojas, en los brotes tiernos o en las flores. Producen deformaciones, enrollamientos y caída de las hojas, y segregan una sustancia pegajosa llamada melaza, que atrae a las hormigas y favorece el desarrollo de hongos como la negrilla. Los pulgones pueden transmitir virus a las plantas y resistir al frío gracias a sus huevos, que quedan adheridos a las plantas hasta la primavera.
• Cochinillas: Son unos insectos con un caparazón duro o blando, que también se alimentan de la savia de las plantas. Se localizan en las hojas, los tallos o los frutos, formando colonias. Provocan debilitamiento, amarilleamiento y caída de las hojas, y al igual que los pulgones, producen melaza que favorece la aparición de hongos. Las cochinillas pueden pasar el invierno en estado larvario o adulto, escondidas entre las hojas o bajo la corteza de los árboles.
• Araña roja: Es un ácaro muy pequeño y de color rojizo, que se alimenta del contenido celular de las hojas. Se sitúa en el envés de las hojas, donde teje unas finas telarañas. Causa decoloración, punteaduras y secado de las hojas, y reduce el crecimiento y la floración de las plantas. La araña roja se reproduce rápidamente con el calor y la sequedad ambiental, pero puede sobrevivir al frío refugiándose en las grietas o los restos vegetales.
• Caracoles y babosas: Son unos moluscos con o sin concha, que se alimentan de las partes tiernas de las plantas. Se desplazan dejando un rastro brillante de baba. Provocan agujeros, mordeduras y raspaduras en las hojas, los tallos y los frutos, y pueden transmitir enfermedades bacterianas o fúngicas. Los caracoles y las babosas son más activos por la noche o con humedad, y se protegen del frío enterrándose en el suelo o bajo las piedras.
  

¿Cómo prevenir y combatir las plagas de invierno en el jardín?

Para evitar que estas plagas dañen nuestro jardín en invierno, debemos seguir unas medidas preventivas básicas:

• Elegir plantas adecuadas para el clima y el suelo de nuestra zona, y adaptarlas progresivamente a las condiciones ambientales.
• Mantener una buena salud de las plantas, regándolas adecuadamente, abonándolas con moderación y podándolas cuando sea necesario.
• Vigilar el estado de las plantas, revisando periódicamente las hojas, los tallos y los frutos, y eliminando las partes afectadas o enfermas.
• Favorecer la presencia de enemigos naturales de las plagas, como mariquitas, crisopas, avispas o pájaros, que se alimentan de los insectos dañinos.
• Utilizar métodos ecológicos para ahuyentar o atrapar a las plagas, como trampas de cerveza para los caracoles y las babosas, o infusiones de ajo o de ortiga para los pulgones y las cochinillas.
• Aplicar productos fitosanitarios solo cuando sea imprescindible, eligiendo los más específicos y respetuosos con el medio ambiente. Seguir las instrucciones del fabricante y usarlos con precaución, evitando el contacto con las personas, los animales o las plantas no afectadas.
  

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Higienisa

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